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dilluns, 5 de març del 2012

Capítulo 19

Las sábanas tapan lo justo y necesario tanto de mí como de Oliver. Ya no tengo miedo, él está a mi lado, tan guapo dormido. Me quedo un rato mirándolo es que es tan irresistible...
-Buenos días princesa.- Me dice mientras abre los ojos.
-Al fin... llevo un buen rato haciendo ruido para que te despertaras y nada.
-¿Y por qué no me has despertado directamente?
-No sé, me sabía mal.
-Ahh que bien, te sabía mal pero despertarme no.- Me dice con un sonrisa que se le escapa.
-Porqué no es lo mismo!- Digo sonriendo.
-Qué conversación más tonta. Hablando de conversaciones tontas, tengo hambre, ¿que me has preparado?
-Tendrá morro, además, ¿Eso que tiene que ver con lo de la conversación tonta? El que tiene que preparar el desayuno es el príncipe, no la princesa.
-Bueeno, vaaaale. Iré a por algo para desayunar a la tienda mugrosa esta que hay debajo. – Me explica mientras se levanta de la cama, coge una camiseta y un pantalón corto y se lo pone. ¡Pero qué culo madre mía! Coge dinero y abre la puerta. – Después ábreme, que dejo la tarjeta aquí.
-Como quieras.- Cierra la puerta y oigo sus pasos por el pasillo. Me levanto yo también y me dirijo al lavabo, allí me cepillo los dientes  y me peino un poco, llevo unos pelos… Me pongo un poco de maquillaje y unas gotas de colonia. Cuando vuelva tendrá una pequeña sorpresa. Vuelve enseguida, escucho los paso de nuevo. Y pica.
-Dani, ábreme.
-¿Y si no quiero?
-Va, abre que nos van a echar la bronca por estar gritando.
-Me tendrás que dar algo a cambio.
-¿Qué quieres?
-Mmm, que me pases los pantalones por debajo de la puerta. – Me río.
-¿Qué quieres qué?
-Eso, que te quites los pantalones y me los pases por debajo de la puerta.
-Sabes que eso es imposible, no caben.
-Tú hazlo.- Suspira y escucho como se los está bajando y intenta colocarlos por debajo de la puerta. Entonces abro y me lo encuentro agachado en bóxers y camiseta. – ¿Pero qué haces ahí?
-Pero serás…
-Guapa. –Le interrumpo. Me comienzo a reír, lo cojo de la camiseta y lo atraigo hacia mí.
-Te he traído cruasanes de chocolate.
-Te prefiero a ti. –Cierro la puerta como puedo mientras le beso, le quito la camiseta. Demasiada tensión acumulada. Caemos en la cama y los besos van bajando...
-¿Estás segura?
-No lo estropees y sigue! – Los besos son más fuertes, calor en nuestros cuerpos hasta que acabamos como la noche anterior.- Ha sido el mejor desayuno de mi vida.
-Pero si ni siquiera hemos comido.
-¡Uhh que no! Mira cómo como. – Le digo con la boca llena de cruasán de chocolate.
-No seas gula y dame un poco ¿No? – Y me besa en la boca mientras con su lengua coge el cruasán de mi boca.
-Mira como me has puesto.- Digo mientras le señalo mi barriga que está llena de chocolate.
-Tranquila, eso me lo como yo.- Y se lanza a chuparme el vientre.
-¡Para, para! Qué me haces cosquillas.- Digo a carcajadas.
-Es que me gusta mucho, pero no tanto como tú. ¿Sabes que te quiero, verdad?
-No tanto como yo.





3 comentaris:

  1. :0 me encantaa son mas romanticos :)
    bss

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  2. Holaa! ^^
    Me gusta mucho tu historia(:
    Podrías pasarte por mi blog y si te gusta la historia recomendarme? Es este: http://cualquierdianubladopuedesalirelsol.blogspot.com.es/
    Muchas gracias, un besazo!

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  3. Me encanta tu historia y tu blog :D Soy tu nueva seguidora :) Y por cierto Oliver es taaaan mono *_* Jeje Un beso :D

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