Seguidors

dimecres, 25 de gener del 2012

Capítulo 4

-Bueno, ¿cómo has llegado hasta aquí? Si no te molesta la pregunta.
-No, no me molesta, al contrario me encanta contarle a la gente lo penosa que es mi vida y que me gustaría ahorcarme para no seguir viviendo en este mundo. Lo que pasa es que no he encontrado la soga adecuada. – Me gusta que se crea que soy diferente, no una barbie de estas que le lamen el culo.
-Dios, a ti te tendrían que meter en un manicomio no en un internado. Bueno y ¿Qué has hecho para estar encerrada aquí? ¿Has intentado robar un banco, te han pillado con mariguana o con algo por el estilo?
-No.- Dije riéndome un poco.- Pues mira, todo pasó en un día normal, cuando llegué a casa, me encontré a mis padres discutiendo, se iban a separar. Pero para colmo, por mi bien, tal y como dicen ellos, pensaron que lo mejor para mí sería venirme aquí, a esta porquería de internado.
-Vaya...Pero mira la parte buena: ¡Me has conocido a mi!
-¿Perdona? ¿Tú que eres el rey de la república independiente de tu casa? Eres un egocéntrico. – Le dije dándole un golpe en el brazo.
-Ehh!No me des bruta!!- Y así comenzamos una pelea de puñetazos cariñosos hasta que acabamos en el suelo tirados haciéndonos cosquillas. Después nos quedamos mirando el techo.
-Me alegro de haberte conocido, al menos no eres como yo me esperaba, aunque aún te queda mucho por demostrarme.- Tengo que dejarle las cosas claras. Tampoco quiero que se piense que quiero ser la chica que camina a su lado cogidos de la mano.
-Te lo demostraré, estoy seguro.
-Eso espero, porqué de momento eres el único con el que he podido hablar sin aparentar lo que no soy.
-Me gustaría que siempre fuese así, pero que quede claro, que yo no quiero conquistarte, simplemente quiero tener de una vez por todas una amiga de verdad con la que pueda hablar de ‘’todo’’.
-¿Qué ha querido decir ese ‘’todo’’?- Dije remarcando tanto como él el todo.
-Pues... no sé, todo, ligues, sexo, sentimientos, bajones, las típicas cosas de lo que hablan los amigos.
-Madre mía, con quien me he juntado.
-¿Pero qué dices? Que yo soy un chico normal eh!
-Eso habrá que verlo...
-Que verlo habrá.
-Que dices, estás loco!- Fue una broma muy estúpida pero me hizo mucha gracia.
-No, que va.
-¡Que viene!
-¿Que viene quién?
-¡Este!- Y le pegué un manotazo en la frente.- Es que me estas retando. Además tu frente va perfecta con mi mano.
-Lo pagarás caro, Dani.- Dijo abriendo la puerta de mi cuarto.
-Para ti Daniela.
-Daniela, ¿Así mejor?
-Perfecto, anda vete ya, que seguro que te espera tu novia para que te pongas guapo para cenar.
-Yo no tengo novia...aún- Me dijo mientras definitivamente cerraba la puerta. Vale, recapitulemos, acabo de conocer a Iván, un chico bastante mono por cierto, el cual, quiere ser mi amigo, nada más que eso, o al menos es lo que me ha dicho. Ah si, y mi compañera de habitación, habla demasiado, pero se le ve maja, algún día, podríamos ser amigas, pero es que yo desde pequeña, siempre me he llevado mejor con chicos que con chicas. ¿La razón? No tengo ni idea.
Me quedo dormida, pero no por mucho tiempo, mi ‘’queridísima amiga’’, entra en la habitación dando un portazo, bien por ti, gracias.
-Hey, hey, hey, me tienes que ayudar Dani!
-A ver... ¿De qué se trata?
-Pues que hoy, me he enterado de que hay revisión sorpresa, es decir, qué la monitora jefe pasará a inspeccionar todas las habitaciones a fondo.
-¿Y cuál es el problema?
-Pues que tengo alcohol escondido, y por supuesto, cigarros.
-Ahora ya entiendo porqué estás en la tercera planta.
-¿Me ayudas o no?
-Dime lo que tengo qué hacer.
-Pues...coger todas las botellas y esconderlas donde sea.
-Comprendo.- Me quedo mirando el techo mientras estoy en la cama sentada.
-¡Pero venga, ayúdame!- Le hago un gesto con la mano indicando que se espere, entonces me subo a la cama, me pongo de pie, y comienzo a saltar lo más alto que pueda.
-Bien, el techo se levanta, son placas.
-Eres más útil de lo que esperaba
-Pásame las botellas y los paquetes de tabaco, anda.- Me pasa una a una, hasta que me doy cuenta de que en el techo, hay algo, como papeles, más bien cartas. Pero no se lo pensaba decir a Carolina, cuando ella no esté, las cogeré y las leeré.
En ese momento, pican a la puerta.
-Señoritas, ¿están visibles?- Suena una voz a través de la puerta.
-Sí, adelante.- Decimos al unísono mientras me siento de un bote en la cama quedándome con las piernas cruzadas.
-Ya le digo,  no va a encontrar nada. Somos muy legales y para nada nos saltamos las reglas.
-Señorita Carolina, por favor déjeme hacer mi trabajo y cierre la boquita, que yo no le digo como tiene que estudiar, aunque le vendría muy bien porque a este paso se saca el graduado mi sobrino antes, y tiene cinco años.
-Que mujer más simpática, seguro que por las mañanas chupa limones antes de venir aquí, porque si no no entiendo lo agria que es. – Me lo dice a la oreja para que la chupa limones no le escuche pero me parece que no ha servido.
-¿Sabe Carolina? La vista no la tengo muy fina, pero el oído a la perfección. Acompáñeme a ver al director.
-No creo que tenga muchas ganas de verme…
-Camine. – Pues la garganta también la tiene fina porque ha pegado un grito que ni mi madre cuando se enfadada. Ya no va a hacer falta que vayan al despacho del director, seguro que él mismo le ha escuchado.
Carolina va detrás de ella como si fuera su sombra, una sombra la cual le hace todo tipo de burla. Por fin, me he quedado sola. Ahora podré leer tranquilamente esas cartas tan misteriosas que he encontrado.



3 comentaris:

  1. Me encanta tu historia! (: Ya te sigo, claramente!
    Me gusta el carácter de Dani, es parecido al mío jaja. Y también me gusta mucho Iván(;
    Jaja Espero el siguiente! Un beso:)

    ResponElimina
    Respostes
    1. Muchas graciias^^ Yo tambn tengo un caracter mas o menos fuerte xD Espero que te siga gustando:)

      Elimina